18 Jul ¿Cómo será la música y los instrumentos que sonarán en el espacio, en gravedad cero?
Música en el espacio
La música acompañó al cosmonauta Yuri Gagarin en la que fue la primera misión espacial tripulada. Era 1961 y desde entonces, tal y como recogen en este interesante artículo de Replicantes, la música ha estado presente en todas las misiones. Grabaciones enviadas desde la Tierra o melodías tocadas en gravedad cero, los astronautas han recurrido a la música para sentirse acompañados en su aventura espacial. La música es antigua, está por encima del lenguaje. Explicaba el astronauta Chris Hadfield que desde 2001 en la ISS cuentan con una guitarra a instancias de los psiquiatras de la NASA como apoyo psicológico para los astronautas. Conocido también por la versión de la canción Space Oddity de David Bowie que grabó en la ISS en gravedad cero, Hadfield reflexionó sobre la diferencia de tocar instrumentos fuera de la Tierra. La falta de gravedad afecta a la manera en que se tocan los instrumentos, especialmente con relación a su ergonomía. En el caso de la guitarra, en gravedad cero el instrumento no tiene peso, flota y el intérprete necesita de las dos manos para sujetarla. Esto impide mover con soltura las manos por los trastes. Otro ejemplo claro es el piano, que funciona por un sistema de contrapesos, por lo que sin gravedad es imposible tocarlo.
“La gravedad cero es muy hostil. Dentro de nuestro cuerpo y mente tenemos muy interiorizada la gravedad. El ser humano necesita muchas horas de experimentación en gravedad cero para poder desarrollar actividades con normalidad”, indica Marc Marzenit que tiene claro que los instrumentos se tienen que volver a diseñar. “Las técnicas de piano, de interpretación de las artes plásticas, todos se ha de diseñar nuevamente”.
Para indagar en cómo la producción artística y la percepción estética se ven influidas por las fuerzas gravitatorias del planeta Tierra, Albert Barqué-Duran y Marc Marzenit han desarrollado The Zero-Gravity Band (TZGB), que ha contado con la participación de investigadores y artistas de centros científicos, tecnológicos y artísticos de Alemania, Estados Unidos y Reino Unido como la City, University of London, Royal Holloway University of London, el MIT Mediana Lab, Eurecat o la IED Barcelona Escuela Superior de Diseño.
Vuelos parabólicos
Y con el objetivo de conseguir las condiciones más parecidas a estar en el espacio, los científicos tuvieron que embarcase en vuelos parabólicos que permiten momentos de gravedad cero o microgravedad. En Burdeos (Francia), fletaron un avión de la compañía Air Zero G, un Airbus A310 especialmente equipado, que habitualmente transporta a astronautas de la Agencia Europea Espacial, además de algunos turistas aventureros. Así voló Marc Marzenit, entre tres astronautas franceses y una pareja rusa. Albert no lo pudo acompañar al no superar los estrictos controles médicos exigidos para el vuelo.
En este tipo de vuelos, el avión se eleva a una altitud de 6.000 a 8.000 metros. Durante el vuelo, los pilotos realizan entre 15 y 45 parábolas, durante las cuales los pasajeros se encuentran en microgravedad durante 22 segundos. Cada fase de microgravedad es precedida y seguida de una fase de hipergravedad, de unos 20 segundos cada una, donde los pasajeros son sometidos a cerca del doble de su peso (1,8 g). De este vuelo, Marc obtuvo la certeza de que el sonido no cambia en gravedad cero. De forma cambiarán muchos instrumentos, como el piano, del que Marc Marzenit aventura que tendrá un rediseño nuevo y creo que será vertical y se tocará con las dos manos. “Cuesta imaginarlo, aún se tiene que investigar mucho. Hay que dejar de pensar en los instrumentos tal y como los conocemos actualmente”. Para este músico espacial, se trata de otro tipo de instrumentos que aún no se han hecho, se crearán de cero, con otra ergonomía, que tendrán o no los mismos sonidos. “Pero incluso a lo mejor podemos crear nuevos sonidos. La música sonará diferente porque podrán ser nuevos instrumentos”.
Imaginar nuevos instrumentos
Este es el caso del Telemetron, un sistema con unas campanas que cuando están en gravedad cero vuelan y unos sensores detectan ese movimiento. A través de unos parámetros se envía a un protocolo MIDI que genera los sonidos. Diseñado por la investigadora del MIT Nicole L’Huillier junto con Sands Fish, este instrumento se ha creado especialmente para ser tocado en gravedad cero. Marzenit aventura que los estilos de música quizás cambiarán cuando vivamos en el espacio. Por ejemplo, el ritmo está muy asociado a la gravedad, asociado al movimiento corporal. Por eso si yo estoy flotando no me imagino bailando de otra manera. A lo mejor la música cambiará y será más de ambiente, experimental… con otras formas y no tan rítmicas”.
La gravedad cero pondrá en jaque las Bellas Artes, obligando a la redefinición de cualquier tipo de material. “El concepto clásico de pincel, pintura y tela se tiene que repensar rediseñar por completo porque no se pueden usar en gravedad zero. Por ello se tienen que repensar los formatos y los materiales. Las fronteras creativas son totalmente diferentes”, señaló Albert Barqué-Duran, responsable del prototipo Savnac (canvas al revés) diseñado para poder hacer una obra de arte efímera, de pintura, en gravedad cero.
Para mostrar los resultados, presentaron durante la sexta edición del Sónar+D, una creación artística-inmersiva sonora y lumínica en 360º que recreaba un ambiente de gravedad cero. La atmósfera sonora de la instalación audio, basada en tecnología Sfëar, un sistema de sonido 3D creado por Eurecat para crear música inmersiva en tres dimensiones, contó con algunos fragmentos que Marc tocó durante su vuelo a gravedad cero. Tanto el Telemetron el prototipo Savnac estaba expuestos junto exhibición de prototipos de vestidos inteligentes espaciales.
Fuente: El Diaro